«Un mundo nuevo»
Autores:
Marta Audi. @campanilla_fitness
Josean Sancho. Entrenador ECN . @joseansancho
ADMITIDA. Más que una reacción de alegría nos quedamos estupefactas. Nos habían admitido en un mundo de culturistas, ¿y ahora qué? Vamos a tener que enterarnos de qué va esto…
Una vez dentro del grupo de Facebook, lo primero que hay que hacer es rellenar una ficha técnica en la que se incluye la experiencia, cuánto se come (repartición de macronutrientes) (si es que lo conoces), cuántos kilos mueves en los básicos (¿solo la barra cuenta?) y ¡ups!, fotografías en las que se vea el cuerpo entero de frente, de perfil y de espaldas, ¡En bikini o ropa interior!.
Sorprendentemente María se me puso de cara, bien predispuestas rellenamos la ficha con esmero, y con la ropa interior más cotidiana, expusimos a la concurrencia la materia prima desde la que había que partir.
La situación era preocupante, así que, con María, esta vez empujándome, me senté frente al teclado e hice la primera pregunta:
– Desde hace varios meses no duermo, por las noches suelo tener sensaciones parecidas a estados febriles, pero sin tener temperatura; los despertares son de larga duración en los que el cuerpo parece estar trabajando a toda marcha aportándome esos períodos de insomnio tan desagradables.
– Entreno seis días a la semana y tengo una nutrición muy controlada con tendencia a la baja. Una ingesta que no supera las 1600 calorías…
En mi presentación hice un vuelo rasante por todo lo que había hecho en los últimos tres años y sin entrar en detalles, Roberto lo tuvo claro: Marta, estás en un agujero de sobre-entrenamiento total. No debes entrenar absolutamente nada durante un par de semanas, tras las cuales irás reintroduciéndote poco a poco, pero ahora…! es obligado que hagas un descanso total!
Fue como una colleja de esas que duelen más en el espíritu que en lo físico. Me acaba de decir que todo lo que me pasa no es por no esforzarme, sino por forzar la maquinaría en exceso, pero …cómo podía ser que ir “tope” no me funcionara…
Supimos bajar la cabeza, ser humildes y acatar las órdenes. Si estábamos allí no era para marear al personal. María encantada, Marta medio mosca, pero la situación energética ya no daba ni para pelear. Vamos a parar y a seguir las instrucciones del maestro.
Si a nivel mental no había mucha discusión, ya se encargaron los de mi alrededor de meter cizaña de la buena. Mientras internamente sentía la calma y la certeza de estar en el sitio en el que tanto tiempo llevaba deseando estar; podía ver como los que me rodeaban usaban sus palas para llenarlas de arena e intentarme enterrar viva junto a toda la ilusión y ganas de aprender que en ese momento sí que me alimentaban.
Cavaban mi tumba y de sus bocas salieron mensajes de condolencia como “ si a mí lo que me saben mal es que te lo creas”; “todos los que llevamos tiempo en esto sabemos que sin fármacos no se llega a nada”; “eso no es culturismo, eso es otra cosa”; siempre todo respaldado con los estudios científicos más relevantes; dígase el: “esto te lo digo yo que llevo aquí más tiempo que la puerta del gim”.
La verdad que siempre me ha dado cierto placer ir contra corriente, así que…sus palabras no hicieron más que reafirmarme y tener más ganas de poder demostrar que “eso” del culturismo natural a mí me funcionaría.
Aguanté tres semanas sin entrenar, para arrancar luego con una rutina de reseteo metabólico. Una rutina que venía acompañada de una premisa clara: empezar a comer más de forma progresiva y controlada, a la vez que aumentaba mi rendimiento en el gimnasio y mi gasto energético durante el día, el famoso NEAT. La cosa duró poco, ya que, a pesar de no ser una rutina enfocada a mejorar mi técnica, ésta era tan mala que pronto “Ojo Afilado” nos puso en vereda.
Para no apostar demasiado, decidí subir uno de los ejercicios “fáciles” a modo de tanteo. Jalón al pecho, aparentemente no tenía mucho secreto…
Ahí estaba yo, de rosa, pantalón corto y expuesta a lo que los compañeros dijeran para poder mejorar. Pronto pude ver que estaba bien perdida, pues no era capaz de distinguir lo correcto de lo incorrecto. Poco consciente de mi nivel de activación muscular global y a su vez, nada hábil en el movimiento específico de las partes directamente implicadas, en este caso las escápulas. 20 kilos, sólo 20 terribles kilos eran mi muro en ese ejercicio antes de que me dijeran…ancla las piernas, empuja con los pies para bloquearlas. ¡Ahhhh, ¿era para eso el rodillo?!
Mi nivel de desespero interno fue captado por Josean Sancho, un ángel caído de cielo, no por su alma divina, sino por el saco de paciencia que carga consigo. Josean pronto cambió mi rutina y me puso a raya. Empezaremos por lo más básico, rutina de técnica pura, vídeo a vídeo, corrección tras corrección hasta que integres una brújula con la que puedas empezarte a guiar en los entrenamientos.
Pasamos de las primeras sentadillas caseras con el palo de la escoba tras la espalda, jugando a que éste toque en todo momento los tres puntos de contacto: cabeza, espalda alta y culo, hasta la más puntera tecnología de análisis de movimiento a cámara superlenta con diagramas de vectores y ángulos sobre mi imagen cual atleta olímpico…
Y no con eso fue suficiente. Lo de ir a full se tenía que terminar. Y nadie como Josean para estar pendiente y cortar de raíz. Fuera pulsera cuenta pasos, fuera elíptica, fuera pesar comida, ¡fuera esclavitud! Consiguió convencerme para que dejara de lado todo aquello que me estaba oprimiendo y me abrió los ojos a algo increíble: vivir este deporte sin tenerlo asociado al sufrimiento y al estrés. Adaptarlo al contexto vital – lo define Josean y así lo entendí:
El culturismo natural es un deporte de décadas, no puedes ni debes romperte en el primer año. Partiendo del conocimiento pleno de mi contexto vital, el entreno era un elemento que giraría alrededor de eso y no al revés. El entrenamiento no es ir a levantar peso para adelgazar, es ir a convertirse en ¡un atleta!, hacerme una experta en el movimiento, el resto sería un efecto colateral…fuera lorzas y un culo como un melocotón. Eso sí, ¡pasándolo bien!
Mi perspectiva cambió radicalmente, dejé de entrenar a toda prisa para centrarme en los entrenos como un espacio de conexión conmigo, con mi respiración, con mi cuerpo y las sensaciones del entrenamiento. Fue como besar el cielo. Los kilos en la barra fueron subiendo, mi peso corporal aparentemente se mantenía, aunque yo veía que en el espejo algo estaba cambiando.
Me lo decían pero me costaba creerlo, estaba sufriendo los efectos de lo que llaman recomposición corporal, iba perdiendo grasa, ganando músculo y …cada vez comiendo más. COMIENDO MAS ESTABA ADELGAZANDO, Y SIN AERÓBICO Y SOLO ENTRENANDO 3 DÍAS A LA SEMANA.
¡Qué locura! Todos en el club parecen igual de “locos” Tanto es así que Josean, en plan Don Quijote, propuso organizar el primer encuentro de la Escuela en Torrejón de Ardoz, Madrid.
– Marta, que no, que ya está bien, que una cosa es que online te de igual hacer la mona, pero no, que a mí no me sacas de Barcelona para ir a conocer a esa gente– Fue lo primero que respondió María.
– María, quiero conocerlos, ya hay más de 20 apuntados de toda España y es la primera vez que se hace, quiero seguir aprendiendo, y además van a ir unas cuantas chicas– le contesté. Vale, pero si vas, a mí me dejas en casa– contestó la remilgada.
Por su puesto, a este viaje solo voy a ir yo, Marta.