Probablemente se trata del suplemento más antiguo de todos y el más famoso. Son polvos protéicos generalmente derivados de la leche o del huevo.
Se utilizan también los polvos derivados de la soja, pero siendo este un alimento limitado en algunos aminoácidos. Se trata de proteína con una calidad muy inferior.
Algunas marcas incluyen proteínas de diferentes velocidades de asimilación de la leche y el huevo. Aunque también existen formulaciones con sólo proteínas de huevo, para quien tiene intolerancia a las proteínas de la leche.
Las últimas generaciones de proteínas de leche también son de-lactosadas. Debido a que puede dar lugar a intolerancias específicas y a retención hídrica inconveniente para el bodybuilder.
Nacieron por la exigencia de tener fuentes proteicas magras y prácticas para el aumento de la masa muscular.
La mayoria de expertos afirman que para incrementar la masa magra, es absolutamente indispensable consumir por lo menos 1,7 – 2 gramos de proteínas por Kg de peso corporal.
Por lo tanto, si con las comidas normales un atleta logra consumir la cantidad adecuada de proteínas, los polvos proteicos no son indispensables.
Sin embargo la experiencia nos enseña que la mayoría de las personas no logran asumir la cantidad necesaria de proteína. Por motivos de trabajo o estudio que les impiden comer de manera cualitativa, debido a que están a menudo fuera de casa.
Por este motivo uno o dos batidos de 20-30 gramos al día, tomados generalmente a media mañana y a media tarde, solucionan brillantemente la situación.
Los mejores productos son los denominados “Whey Protein”. Es decir, las proteínas de intercambio iónico. Gracias a un avanzado proceso de laboratorio, estas proteínas tienen un valor biológico mayor, son absorbidas mejor por el organismo, y también son muy solubles casi sin necesidad de batirlas.