En los últimos tiempos se ha defendido muchísimo el uso de herramientas como el RIR o RPE aplicados a las series y así cuantificar el grado de esfuerzo. En este artículo hablaremos de sí realmente es necesario o incluso existen otras opciones mejores para conseguir nuestros resultados.
Ventajas de utilizar RIR/REP en las series de tu entrenamiento
Una de las razones por las que se recomienda utilizar el RIR es para manejar la fatiga que genera ir siempre al fallo y de esta forma garantizar una sobrecarga progresiva. Muchos preparadores lo que suelen hacer es programar un RIR para cada serie o el mismo RIR para todas las series de determinado ejercicio. Por ejemplo:
- 1ª OPCIÓN: PRESS BANCA: 4X8-10 (RIR2-2-1-0) RIR VARIABLE.
- 2ª OPCIÓN: PRESS BANCA: 4X8-10 (RIR2) RIR FIJO.
De esta forma podemos obtener repeticiones efectivas por menos fatiga de la que generaría 4 series al fallo en ese mismo rango de repeticiones.
Está claro que hay que distinguir entre ejercicios y su respectivo ratio estímulo-fatiga e incluso riesgo de lesión. No es lo mismo, llegar al fallo en una sentadilla, que hacerlo en una extensión de cuádriceps, creo que, en esto, estamos todos de acuerdo.
Desventajas de utilizar RIR/REP en las series de tu entrenamiento
Por otro lado, los contras de utilizar estas herramientas radican en la complejidad de tener una precisión correcta de cuántas repeticiones nos quedan en recámara. Se suele argumentar que esta precisión se entrena, y estoy de acuerdo, pero también produce que nos limitemos en numerosas ocasiones.
OTRA ALTERNATIVA
Entonces, ¿qué otra alternativa existe? Pues de la maximizar la intensidad y ajustar el volumen de entrenamiento al justo que necesitamos para progresar. Esto no se trata de realizar 1 serie por ejercicio ni de hacer sentadillas al fallo.
Significa ser inteligentes y proponer un término medio. Dejar un ligero margen en los básicos por la gran fatiga que generan y exprimir al máximo las series de otros ejercicios. Tenemos que buscar una cantidad de series que se encuentren entre el mínimo que nos haga mejorar y el máximo que podemos recuperar.
De esta forma podemos optimizar el entrenamiento, expresando la máxima intensidad y asegurando una sobrecarga progresiva (que sería la consecuencia de adaptarnos a un estímulo).
Si el mesociclo está bien estructurado en cuánto a selección de ejercicios, cantidad de series y distribución de días de entrenamiento en el microciclo, podremos entrenar al fallo en la mayoría de los ejercicios sin problema. Si en algún momento nos sentimos muy fatigados, podemos plantear una descarga y seguir por donde lo habíamos dejado.
Por experiencia, ambas opciones son viables, pero en lo personal, prefiero ir al grano y expresar la máxima intensidad, porque a nivel psicológico la sensación de haber dado todo genera muchísima adherencia.
En definitiva, de lo que no se puede escapar es de trabajar duro y la intensidad es innegociable para los resultados (dando por hecho que la técnica es correcta y está estandarizada).
Rubén González ECN Élite Coach