En condiciones óptimas, las gestantes durante el embarazo, no deberían aumentar su peso por encima de los 10-12kg. Sin embargo, un gran número de gestantes superan ese peso, con las consiguientes complicaciones para el embarazo, el parto y la salud materno fetal. En los protocolos de control de embarazo de bajo riesgo no se contempla la inclusión de ejercicio físico específico a seguir durante el embarazo.
Es esperable, que este valor añadido, haga que las gestantes de bajo riesgo, controlen su ganancia de peso gestacional dentro de los límites aconsejados y con ello todos los beneficios para la salud que conlleva.
1. Educación Prenatal (EP) y control de embarazo.
La EP puede definirse como el conjunto de actividades que los profesionales sanitarios realizan para contribuir a que el embarazo se perciba de forma saludable, que facilitará un parto y puerperio normales en cuanto al aspecto físico y emocional. Pretende formar e informar a las gestantes y sus parejas a cerca del embarazo, parto y puerperio, para que adopten hábitos, estilos de vida y comportamientos saludables durante todo el proceso.
Aunque esta EP incluye la atención a la mujer en cuanto a los ejercicios pre y postparto, estos van más encaminados a fortalecer las estructuras anatómicas de cara al parto y postparto, incluyendo ejercicios para tonificar y fortalecer el suelo pélvico.
Actualmente, en los protocolos de control de embarazo, no se contempla la inclusión de pautas de ejercicio físico que ayuden a la mujer a controlar la ganancia ponderal durante la gestación, así como otros aspectos relacionados con la salud y la composición corporal de la madre.
La ganancia de peso en el embarazo se puede resolver con educación Prenatal (EP)
Son numerosos los motivos por los que, el aumento de peso durante la gestación puede ocasionar graves problemas de salud para mujeres y recién nacidos.
Otra razón importante para pensar en la necesidad de introducir pautas de control de la ganancia ponderal gestacional, es el hecho de que esta ganancia de peso durante el embarazo es un riesgo potencialmente modificable. Phelan et al. examinaron la eficacia de una intervención conductual de control de peso en mujeres embarazadas en la semana 13 y se les proporcionó información acerca de nutrición saludable y ejercicio físico, sus resultados revelaron que se disminuyó la ganancia de peso durante la gestación y el peso posparto.
De forma similar, Kominiarek & Peaceman evaluaron el peso de las mujeres en cada visita de control gestacional, aunque sus conclusiones registraron resultados menos favorecedores en mujeres que presentaban obesidad o sobrepeso previo a la gestación.
Aun así, ambos coinciden en que el embarazo es un momento de gran receptividad por parte de las usuarias para modificar comportamientos de salud en general y relacionados con el aumento inadecuado del peso en particular.
Hay otros autores que ponen de manifiesto la necesidad de promover buenos hábitos, tanto nutricionales como de actividad física, desde las etapas previas a la gestación. Es decir, en mujeres en edad reproductiva, ya que la obesidad y el exceso de peso previos al embarazo van asociados a los mismos efectos adversos que la ganancia ponderal durante la gestación.
La promoción de la práctica de ejercicio físico y del consumo de frutas y verduras parecen reducir las tasas de obesidad, mientras que los malos hábitos, como el consumo de dulces, se asocian con un aumento en el índice de masa corporal (IMC).
2. Consecuencias del sobrepeso y la obesidad en la madre y el recién nacido.
En condiciones óptimas, las gestantes durante el embarazo, no deberían aumentar su peso por encima de 10-12kg.
Sin embargo, a día de hoy, son muchas mujeres las que elevan el peso por encima de ese rango, y el hecho de superarlo condiciona la potencial aparición de complicaciones dentro del embarazo, el parto y la salud materno fetal, tanto a corto como a largo plazo, como la Diabetes Mellitus, la obesidad o las enfermedades cardiovasculares entre otras.
Consecuencias del sobrepeso durante el embarazo
La ganancia de peso gestacional y sus consecuentes elevaciones del IMC por encima de los valores recomendados aumentan el riesgo de macrosomía fetal y con él, el de parálisis braquial obstétrica secundaria a las distocias de hombros, que deja secuelas permanentes en los recién nacidos.
Cuando ese sobrepeso se asocia con diabetes materna, el riesgo aumenta por las características especiales de estos fetos (obesidad troncular). En cualquier caso, ambas patologías maternas aparecen relacionadas en la bibliografía con un aumento de la morbilidad neonatal, hiperbilirrubinemias, hipoxia perinatal, hipoglucemias neonatales y otros traumas obstétricos y con el aumento de la incidencia de cesáreas.
Otra consecuencia del sobrepeso y la obesidad en gestantes, es el incremento del riesgo de desarrollar una hipertensión gestacional (preeclampsia), que empeora la morbimortalidad tanto materna (crisis hipertensivas, fallo renal, etc.) como neonatal (retardo en el crecimiento intrauterino, peor perfusión placentaria, etc.).
En cuanto al aumento del riesgo de defectos congénitos fetales que algunos autores atribuyen a la obesidad materna y a la Diabetes Mellitus, podemos apreciar que también hay estudios que no establecen relaciones significativas, como el de Grandi et al.
Si analizamos el periodo posparto, podemos observar que el sobrepeso y la obesidad también tienen consecuencias a medio y largo plazo.
En el meta-análisis llevado a cabo por Nehring et al. se compararon 9 estudios que relacionaban la ganancia de peso durante la gestación y la retención de peso posparto.
Sus resultados mostraron que, a largo plazo, ambos factores aumentaban el riesgo de desarrollar alteraciones metabólicas u obesidad en edades posteriores.
3. Ejercicio Físico y embarazo
Cuando hablamos de ejercicio físico durante la gestación, nos encontramos con diferentes puntos de vista dependiendo de los autores consultados.
Pero, de forma generalizada, está claro que el ejercicio es beneficioso tanto para las madres como para los recién nacidos, además de mejorar el proceso obstétrico en general, pues disminuye muchos de los riesgos comentados anteriormente.
La razón evidente de estas afirmaciones es que el ejercicio ayuda a mantener los niveles de IMC maternos dentro de la normalidad, disminuyendo la morbimortalidad secundaria a trastornos metabólicos u obesidad.
La promoción y el beneficio del ejercicio físico son importantes
Para promocionar el ejercicio entre este colectivo, hay que tener en cuenta que en algunas ocasiones pueden aparecer barreras personales (fatiga, no disponibilidad de tiempo…) por parte de las usuarias o poco apoyo social y familiar. Trabajos como el publicado por Haakstad et al. en 2017, muestran como el ejercicio regular trabajado en grupos de primigestas sanas con embarazo único, resultó ser seguro y bien tolerado por las mujeres.
También Miranda&Navío observaron los beneficios de practicar ejercicio físico de forma continuada y regular y de intensidad moderada en embarazadas y durante el periodo posparto (individualizando en cada caso y en función de la actividad previa a la gestación). Afirmando, que no comporta riesgos para madres y recién nacidos y que mejora los niveles de presión arterial, glucemia y colesterol.
Algunas mujeres rechazan el ejercicio físico durante el embarazo
Algunas mujeres rechazan o disminuyen su interés por la actividad física durante el embarazo por una falsa creencia sobre los efectos que éste puede ocasionar en los fetos, ya que se asocia de forma no consciente al riesgo de parto prematuro. Así lo explica el estudio de Aune et al. , que realizó un meta análisis con 20 ensayos aleatorizados y 21 estudios de cohortes, concluyendo que la actividad física se asocia con una reducción del riesgo de parto pretérmino.
Aunque destaca la necesidad de determinar en los estudios el tipo de actividad física y aumentar los números de muestra. Otro ensayo aleatorizado controlado en Brasil cuyo propósito fue evaluar la eficacia de una intervención de actividad física en gestantes (tres sesiones de ejercicio durante 16 semanas) reveló que el programa de ejercicios no presentó efectos adversos sobre la salud de los recién nacidos.
El nivel de adiposidad de los recién nacidos tiene relacion directa con el ejercicio durante el embarazo
También hay trabajos que han establecido una posible relación entre el nivel de ejercicio físico de la madre y el percentil de adiposidad que presentaban los recién nacidos. Concretamente se relacionó la disminución del nivel de actividad entre la 15 y la 20 semana de gestación con percentiles de adiposidad de los recién nacidos por encima del 90.
En otro trabajo realizado por Gregg y Ferguson observaron que el ejercicio rutinario en mujeres embarazadas sin patología asociada puede promover el bienestar general de las mujeres y supone una ayuda para el mantenimiento del peso adecuado en ellas y en los fetos. También observaron una disminución del riesgo de sufrir hipertensión durante la gestación, diabetes gestacional, así como parto quirúrgico o cesárea.
Estos datos coinciden con el meta análisis realizado por Aune et al. en el que se establecía una relación inversa entre la práctica del ejercicio y el riesgo de sufrir diabetes. Y, con el trabajo de Sharif et al. en el que los autores establecen que el ejercicio físico puede mejorar el sistema inmunológico y prevenir enfermedades como la diabetes.
La preeclampsia y su relación con el ejercicio físico en el embarazo
Otra de las patologías más prevalentes y de mayor riesgo en las gestantes es la preeclampsia (estado hipertensivo del embarazo).
La evidencia científica demuestra que está íntimamente relacionada con el aumento patológico del peso y por lo tanto también es potencialmente modificable a través del ejercicio físico.
Entre los beneficios maternos de la práctica de ejercicio físico durante el embarazo realizado de forma regular, podemos encontrar no solamente los físicos, sino también una reducción del riesgo de sufrir trastornos relacionados con la salud mental y mejoras en la calidad de vida.
El trabajo de Vázquez et al. evaluó el efecto de un programa de actividad física en medio acuático en 46 gestantes sanas, concluyendo que esta actividad había proporcionado mejoras en la percepción de la calidad de vida de las mujeres.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) refuerza los beneficios anteriormente expuestos y aporta recomendaciones acerca del tipo y características del ejercicio más adecuado para mujeres embarazadas. Entre los más recomendables se encuentran ejercicios como caminar, bicicleta estática, natación o pilates.
¿Cuáles ejercicios físicos se deben evitar durante el embarazo?
En general, se deben evitar todos los deportes de competición de cualquier tipo y aquellos que presenten impacto físico, pero en ningún caso se desaconseja la practica de ejercicios que entrenen la fuerza de forma moderada.
También da información sobre la intensidad y frecuencia del ejercicio. Recomiendan la realización de 3 a 4 sesiones semanales, preferentemente ejercicio aeróbico y de intensidad moderada (es decir, que no cause fatiga ni posiciones forzadas de la gestante).
Se recomienda que las sesiones de ejercicio tengan una duración de entre 30 y 45 minutos y sean realizadas en un entorno seguro en cuanto a condiciones físicas y climatológicas.
Entre las actividades más recomendables para las mujeres durante la gestación se encuentran las realizadas en el medio acuático, debido a los beneficios que producen y al escaso riesgo que implican para las embarazadas, como recoge la revisión sistemática de Aguilar et al. (2014). Las actividades en el agua disminuyen las lesiones articulares, mejoran la elasticidad y la movilidad, mejoran la circulación en miembros inferiores y con ello el drenaje linfático (menos edemas) y disminuyen el dolor de espalda (entre otros).
También el Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras (ACOG) aporta estas recomendaciones e indica signos y síntomas de alarma importantes que obligarían a suspender la práctica de ejercicio y consultar de forma urgente a los profesionales, como los casos de:
- Sangrado genital.
- Mareos.
- Dificultad respiratoria.
- Dolor de cualquier tipo.
- Hinchazón o dolor de las pantorrillas.
- Sensación de contracciones.
- Sensación de pérdida de líquido por genitales.
Los profesionales deben recomendar a las mujeres una hidratación óptima previa a la sesión de ejercicio y que no se encuentren en ayunas.
4. Protocolo de Ejercicio físico en el Embarazo.
El ejercicio físico durante la gestación adquiere pautas especiales a causa de las características de este tipo de población. No debemos olvidar que cuando hablamos de mujeres gestantes, hemos de tener en consideración no sólo a la paciente sino también al feto, así como las modificaciones morfo funcionales que la gestación produce en la anatomía de la madre.
Será requisito indispensable para que las pacientes puedan iniciar cualquier tipo de actividad física, contar con la aprobación del facultativo especialista en ginecología y obstetricia.
Al planificar cualquier tipo de actividad física en embarazadas habrá que tener en cuenta las recomendaciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO):
Contraindicaciones ABSOLUTAS:
- Insuficiencia cardiaca materna o cualquier otro tipo de cardiopatía Tromboflebitis o tromboembolismo pulmonar recientes
- Enfermedades infecciosas en fase aguda
- Incompetencia del cérvix uterino, hemorragia vaginal, riesgo de parto prematuro o sospecha de bolsa amniótica rota
- Fetos macrosómicos o pequeños para la edad gestacional
- Sospecha de sufrimiento fetal
- Hipertensión arterial grave o isoinmunización grave
- Gestación gemelar o sin controlar
Contraindicaciones RELATIVAS:
- Hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad del tiroides o enfermedades hematológicas
- Bronquitis crónica
- Abortos previos
- Crecimiento intrauterino retardado
- Arritmias o palpitaciones
- Obesidad o anorexia
- Limitaciones traumatológicas o neurológicas
Actividades a realizar
Información a la gestante sobre los beneficios del ejercicio físico: reducción del dolor de espalda, mejora el tránsito intestinal, disminuye los edemas y el insomnio. Se tiene más energía para las actividades de la vida diaria, tonifica la musculatura, mejora el bienestar y previene la depresión posparto, previene patologías como la diabetes o la hipertensión y mejora la resistencia al dolor del parto( Ref —).
Información general sobre el tipo de ejercicio que se puede practicar durante el embarazo:
- Caminar, apto para todas las embarazadas y muy poco lesivo por el escaso impacto articular que produce
- Actividades colectivas dirigidas adaptadas a mujeres gestantes, pilates, gimnasia, danza (del vientre u otras),…
- Natación, sin impacto articular, moviliza todos los músculos y aporta múltiples beneficios
- Correr, si la paciente lo practicaba con anterioridad (atletas,…) – Ejercicios de Fuerza Moderada, sobre todo en mujeres que ya los practicaban antes de quedarse embarazadas.
Características del ejercicio físico durante la gestación
- Debe ser seguro (evitar temperaturas extremas, lugares no adecuados, síntomas de enfermedad incipiente).
- Ameno
- No practicarlo en ayunas y estar bien hidratada
- Utilizar ropa cómoda y de tejidos naturales (algodón)
- Calentar la musculatura previamente y estirar al finalizar
- De intensidad moderada (no sobrepasar frecuencias cardiacas de 140 latidos minuto), no debe causar FATIGA (consecuencias materno fetales) – Evitar lesiones mediante la prevención de posturas forzadas (hiperlaxitud ligamentosa fisiológica durante el embarazo)
- Fortalecer el suelo pélvico. Realizar ejercicios de fuerza resistencia – Práctica progresiva (comenzar con 30 minutos e ir aumentando hasta una hora) – Al menos 3-4 veces a la semana (caminar podrá practicarse a diario)
Signos y síntomas de alarma que obligarían a suspender la actividad física y consultar con el obstetra
- Dolor repentino abdominal, torácico, pélvico,…
- Sangrado vaginal
- Vértigos o sensación de mareo
- Disnea
- Debilidad muscular, dolor o inflamación de las pantorrillas
- Sensación de palpitaciones o taquicardia
- Contracciones uterinas
- Sensación de pérdida de líquido por genitales
- Disminución o ausencia de movimientos fetales
Ejercicio Físico y embarazo
Alumno:
DIEGO VELASCO VÁZQUEZ.